domingo, 20 de marzo de 2016

CONSEJOS PARA LLEVAR UNA VIDA ORGANIZADA

CONSEJOS PARA LLEVAR UNA VIDA ORGANIZADA
Todas las personas tienen necesidad de llevar una vida organizada.  El orden da armonía y la armonía nos provee salud. No basta con ser una persona bastante ordenada y organizada siempre hay que estar dispuesto aprender más sobre organización.
Quizás te interesen estos consejos para llevar una vida organizada. O quizás pienses que ya eres lo bastante organizado pero mejorar.
En todo caso ahí van algunos breves consejos para organizar tu espacio y tu tiempo:
1.    Reduce antes de organizar. Si tienes el armario lleno de ropa, por ejemplo, por muchos organizadores que pongas seguirás teniendo el armario lleno de ropa. Igual pasa con tu tiempo, tus tareas o tus proyectos. La solución: reducir, eliminar y simplificar. Si tienes un armario con 100 prendas y  te quedas con 33 y regalas las que ya no usas, ya no necesitarás un organizador.  Lo mismo pasa con la organización del tiempo: si tienes 20 cosas para hacer hoy y las reduces a solo las tres tareas más importantes, ya no necesitarás un horario. Así que saca todo de tu armario o cajón o cualquier otro contenedor (incluso tu horario), límpialo y vuelve a poner, únicamente, aquellos artículos que realmente te sirven, te gustan y usas regularmente. Deshazte de todo lo demás.
2.    Usa listas de tareas. Usa alguna aplicación o libreta para apuntar todas las tareas que tienes pendientes, separadas por contextos. Libera tu mente y no olvidarás nada.
3.    Escríbelo, siempre. Nuestras mentes son algo maravilloso, pero dejan pasar cosas como un filtro. No recordamos las cosas cuando las necesitamos recordar y continuamente las recordamos cuando no las necesitamos. En lugar de usar tu mente como un depósito de cosas que necesitas recordar, escríbelas. Una buena idea es llevar siempre una pequeña libreta de bolsillo a todas partes a donde se vaya y escribir las cosas inmediatamente. Luego procesar las ideas y las tareas en el calendario o en la lista personal de tareas, así no nos olvidamos las cosas. Si podemos llevar con nosotros el teléfono celular a todas partes, también podemos llevar un anotador.
4.    Mantén una bandeja de entrada y procésala. Realmente se necesitan dos bandejas de entrada– una para la casa y otra para el trabajo. Sin embargo mucha personas tiene más que eso. Ten una sola bandeja y pon todo lo que llega allí. Luego, una vez al día (o una vez a la semana en la casa si lo prefieres), procesa tu bandeja de entrada hasta vaciarla. Toma un ítem de la caja y decide qué hacer con él, ahí mismo: tirarlo, delegarlo, archivarlo, ponerlo en tu lista de tareas o hacerlo inmediatamente. Haz lo mismo con el siguiente ítem hasta que tu bandeja de entrada esté vacía. No dejes estas decisiones para después.
5.    Ten un lugar para todo. Relacionado con el anterior consejo está aquel de tener un lugar para cada ítem en tu vida. ¿Dónde van tus llaves? Deberías tener un lugar para ellas (cerca de la puerta es el mejor sitio) y nunca las perderás de nuevo. ¿Dónde van tus lapiceros? ¿Y las revistas? Enseña a tus hijos a tener un lugar para cada juguete o cualquier otro artículo en sus habitaciones (aún así, sus juguetes son en su mayoría objetos sin hogar, pero son niños) y ese es un concepto que funciona con adultos también: cada ítem debe tener un lugar, y si no lo tiene, necesitamos escogerle uno. Así, si encuentras algo en tu mesa, en tu cama o en tu escritorio, sabrás que no pertenece allí. El mismo concepto aplica para la información: ¿Tienes un lugar dónde poner toda tu información? Si no, usa alguna aplicación o herramienta donde puedas crear páginas para cada tipo de información de tu vida – horarios, metas, tareas, películas para ver, libros para leer, notas sobre proyectos, etc.

6.    Escribe tus tres tareas más importantes y tus grandes rocas y hazlas. Escribe diariamente las tres tareas más importantes del día y semanalmente las tareas “grandes rocas”, y comprométete a hacerlas. Al cabo de un año habrás hecho una gran cantidad de tareas, créeme.


1.    Haz una cosa a la vez. La multitarea es antiproductividad (me costó tiempo comprender esto). Focalízate en lo que haces y cuando termines, empieza con otra actividad.
2.    Hazlo ahora. La procrastinación es uno de nuestros mayores problemas a la hora de sacar trabajo adelante y organizarnos.
3.    Aprende a decir no. Si tenemos la agenda apretada y seguimos diciendo sí a eventos, reuniones, cumpleaños… nuestra vida será de todo menos organizada.
4.    Usa bien la agenda. Apunta en la agenda citas y eventos. No uses la agenda para apuntar tus tareas.
5.    Guárdalo inmediatamente. La mayoría de la gente tiene el hábito de poner algo en la mesa o en su escritorio con la intención de “guardarlo luego”. Bueno, así es como las cosas se tornan desorganizadas. En cambio, guárdalo inmediatamente, en su lugar. Sólo se tarda unos pocos segundos, y este hábito le ahorrará un montón de tiempo de limpiar, clasificar y ordenar luego. Cuando te veas dejando algo en cualquier parte, para, y fuérzate a guardarlo inmediatamente. En poco tiempo, se convertirá en algo natural.
6.    Limpia sobre la marcha. Muy relacionado con el hábito anterior, este hábito es efectivo porque es mucho más fácil limpiar las cosas mientras trabajas o mientras avanza el día que dejarlas apilar y luego hacer una sesión de limpieza después. Por ejemplo, si estás cocinando, trata de lavar los platos al irlos usando, luego limpia todo, en vez de dejar un gran desorden. El mismo principio se aplica a todo lo que hacemos. Si es más fácil hacerlo en pequeños pasos, más probablemente lo haremos. Si hay un gran desorden por limpiar, más fácilmente nos intimidará o abrumará la tarea y la dejaremos para después.
7.    Usa GTD. Es el mejor método que conozco para organizar tu vida, tu tiempo y tu trabajo.
8.    Establece rutinas y sistemas. Si ya tienes todo limpio y organizado, te podrás sentar y disfrutar del placer que ello brinda. Ser organizado y tener un ambiente de trabajo o un hogar simplificado es tremendamente satisfactorio. Pero el problema es que al cabo de un tiempo, las cosas tienden a desorganizarse y revolverse otra vez.  La solución: necesitas establecer sistemas para mantener el orden. Por ejemplo, el procesamiento de la bandeja de entrada mencionada antes es un sistema: tienes procedimientos específicos para procesar todos los papeles entrantes, y tienes una rutina para hacerlo (una vez al día). Todos los sistemas siguen el mismo esquema – procedimientos específicos y una rutina que se hace a intervalos determinados (tres veces al día, una vez al día, una vez a la semana, una vez al mes, etc.). Es importante que identifiques los sistemas que tienes en tu vida y los escribas para que así los puedas hacer eficientes, simples y organizados. Desarrolla sistemas para tratar con el papeleo y el email, con los niños, con tus horarios, con la compra, la colada, las tareas, el ejercicio y todo lo demás. Una vez que esos sistemas están implementados, necesitarás estar pendiente de mantenerlos en marcha, y así tus cosas se mantendrán organizadas.
9.    Simplifica, simplifica, simplifica. Muchas de las tareas, cosas y eventos que hay en nuestra vida no son necesarias, y no nos acercan a lo que es más importante para nosotros. Simplifica todo lo que puedas tu vida y será mucho más fácil organizarte.

sábado, 5 de marzo de 2016

CÓMO ABANDONAR EL ROL DE VÍCTIMA

CÓMO ABANDONAR EL ROL DE VÍCTIMA


Todos somos imperfectos, falibles, carentes y, por lo tanto perfectibles: algunas personas en bastante mayor medida que otras.

La ley de atracción vibratoria, que obra en cada paso que damos a lo largo y ancho de los días de nuestra vida nos trae aquello que está en nuestra sintonía; no lo que queremos o deseamos sino que nos corresponde.

Las personas maduras se responsabilizan de sus decisiones, de los errores y logros que éstas pueden acarrearles y ven en ellas una oportunidad de crecer y de adquirir experiencias que las ayudarán a actuar en nuevas situaciones que saben que la vida les volverá a presentar. Su vida, si bien o está exenta de errores o inconvenientes, sí está llena de oportunidades y soluciones y las personas con las que se relacionan son positivas, inteligentes y creativas.
Las personas cuyo “Ego” no ha madurado con las experiencias de vida, que no han despertado internamente no hacen suyos sus errores y culpan a los demás de todo cuanto les ocurre, delegan sus insuficiencias personales en los otros y asumen un cómodo papel de víctima.
Las personas que tienen esta forma de actuar, acostumbran a ocultarse a ellos mismos sus errores, a causa de lo cual no dejan madurar su personalidad, no aprenden, opinan que la culpa no es suya, no asumen la  responsabilidad de sus actos, por lo cual no pueden aprender de ellos, confunden cometer errores con tener culpa y trasladan esa culpa a los demás; jamás la culpa es suya, es del mundo que les rodea y ellos no pueden ni quieren hacer nada para remediarlo.
Nunca toman el mando de su vida, culpan de lo que les ocurre en ellas a sus padres, a sus amigos, a los demás, al azar, a las circunstancias… Como se sienten víctimas de todo y de todos, su vida, está llena errores e inconvenientes, o encuentran  oportunidades ni soluciones porque no las buscan y las personas con las que se relacionan son negativas, quejosas y les dan todo tipo de oportunidades para sentirse más víctimas de la vida de lo que creen serlo.


Es inadmisible –no puede considerarse siquiera una opción- que una persona comparta su vida con otra de valores,
en esencia, contrapuestos. Uno no puede compartir la vida con alguien que posee una visión diferente de la existencia. Pero las personas víctimas lo hacen, n
o le demuestran externamente porque prefieren adoptar el rol de víctimas atraída por victimarios,
sin considerar que fue su grado de adormecimiento lo que las condujo a acompañar el distorsionado modo de conducirse de su pareja, sus amigos, de su entorno laboral, etc.

Cuando una persona viene conformando relaciones con particularidades de este estilo, significa que su estado de ignorancia así lo requirió y debemos aceptar que hasta el momento ambos fueron hechos el uno para el otro.

Ahora, la persona logra cambiar el enfoque y salirse del encierro mental, habrá evolucionado, se habrá embellecido y su estado le impedirá permanecer junto a esos entornos. E incluso se dejará guiar por la propia luz: Escogerá un nuevo camino a transitar, recargando su brújula interior e iniciando un flamante rumbo.