CLAVE PARA SALIR DEL ESTRÉS
Los beneficios de la respiración
consciente.
En la gran mayoría de los
casos cuando se aconsejan formas de mantener la salud se sugieren una buena
alimentación, una correcta cantidad de horas de sueño y hacer ejercicio, olvidando que el elemento
que mayor influencia tiene sobre nuestro bienestar psicológico y fisiológico
es una buena respiración consciente.
Es muy importante entender la relación que existe entre
la respiración y su impacto en la fisiología de nuestro cuerpo y los
niveles de estrés.
La
forma en que respiramos tiene efecto directo en cómo
nos sentimos emocional y físicamente. Uno de los cambios fisiológicos que produce el estrés es la activación innecesaria
del sistema nervioso simpático (la respuesta instintiva “lucha / huida”) y el aumento inmediato en el
ritmo de la respiración que pasa a ser mucho más rápida y mucho menos profunda,
consolidando un patrón de respiración cercana a la hiperventilación.
Esta forma de respirar está dentro de
los patrones normales si se produce en situaciones concretas de manera
proporcionada y a corto plazo.
El
problema aparece cuando por efectos del estrés, incluso en
situaciones de reposo, provocamos
constantemente la activación del sistema nervioso simpático, manteniendo en
todo momento respiraciones cortas y poco profundas, con la parte superior del
pecho, a pesar que la situación de tensión haya pasado.
El
peligro que entraña este
estilo de respiración consiste en que envía señales al cerebro alertándolo y
transmitiendo que estamos bajo peligro, cuando la realidad puede ser muy
diferente.
Modos de
respirar
Respiración diafragmática (estado
relajado)
La
respiración diafragmática
es lenta y calmada controlada por una contracción rítmica y la expansión del
diafragma.
Los
estudios han demostrado que la práctica de este estilo de respiración
diafragmática lenta y profunda) reduce la tensión muscular y los niveles de
ansiedad y estimula el sistema nervioso parasimpático produciendo aquello que, comúnmente,
se conoce como la respuesta de relajación (exactamente lo contrario de lo que
ocurre con la respuesta al estrés).
Respiración torácica (estado tensionado)
La
respiración torácica
o de pecho tensionado implica muy poco movimiento en el abdomen y es
predominantemente el pecho que se mueve cuando inhalamos y exhalamos. Esto se
traduce en una respiración superficial, más rápida.
Respiración correcta
La respiración es controlada principalmente por el
sistema nervioso autónomo, pero podemos influir voluntariamente en ella y ayudar a cortar la respuesta instintiva al
estrés cambiando nuestro estilo de respiración: de torácica rápida y superficial
a diafragmática lenta y profunda.
Hacer
esto transmite al cerebro la información de que la amenaza ha terminado y la
parte parasimpática del sistema nervioso autónomo comienza a revertir los cambios bioquímicos y fisiológicos
producidos por la respuesta al estrés.
La
respiración diafragmática
es una habilidad y cuando se realiza correctamente, es eficaz para reducir los niveles de estrés. Es
físicamente imposible para los seres humanos estar relajados y estresados al
mismo tiempo.
Aprender
y consolidar la respiración diafragmática como en cualquier otra habilidad y se
necesita práctica.
Podemos
pasar muchos días sin comer y muchas horas son beber agua pero pocos minutos
sin respirar.
Ese
instante de inhalación y exhalación mantiene cerrada la puerta de la muerte
física.
Concentrarse
en la respiración, hacerla
consciente significa reconocer que “somos
alguien que observa a su cuerpo respirar”.
¡DÉMOSLE UNA
OPORTUNIDAD!
No hay comentarios:
Publicar un comentario