domingo, 12 de julio de 2015

CLAVE PARA SALIR DEL ESTRÉS
Los beneficios de la respiración consciente.
En la gran mayoría de los casos cuando se aconsejan formas de mantener la salud se sugieren una buena alimentación, una correcta cantidad de horas de sueño y hacer  ejercicio, olvidando que el elemento que mayor influencia tiene sobre nuestro bienestar psicológico y fisiológico es una buena respiración consciente.

Es muy importante entender la relación que existe entre la respiración y su impacto en la fisiología de nuestro cuerpo y los niveles de estrés.
La forma en que respiramos tiene efecto directo  en cómo nos sentimos emocional y físicamente. Uno de los cambios fisiológicos que produce el estrés es la activación innecesaria del sistema nervioso simpático (la respuesta instintiva  “lucha / huida”) y el aumento inmediato en el ritmo de la respiración que pasa a ser mucho más rápida y mucho menos profunda, consolidando un patrón de respiración cercana a la hiperventilación.
Esta forma de respirar está dentro de los patrones normales si se produce en situaciones concretas de manera proporcionada y a corto plazo.
El problema aparece cuando por efectos del estrés, incluso en situaciones de reposo,  provocamos constantemente la activación del sistema nervioso simpático, manteniendo en todo momento respiraciones cortas y poco profundas, con la parte superior del pecho, a pesar que la situación de tensión haya pasado.

El peligro que entraña este estilo de respiración consiste en que envía señales al cerebro alertándolo y transmitiendo que estamos bajo peligro, cuando la realidad puede ser muy diferente.

 Modos de respirar
Respiración diafragmática (estado relajado)

La respiración diafragmática es lenta y calmada controlada por una contracción rítmica y la expansión del diafragma.
Los estudios han demostrado que la práctica de este estilo de respiración diafragmática lenta y profunda) reduce la tensión muscular y los niveles de ansiedad y estimula el sistema nervioso parasimpático produciendo aquello que, comúnmente, se conoce como la respuesta de relajación (exactamente lo contrario de lo que ocurre con la respuesta al estrés).
Respiración torácica (estado tensionado)
La respiración torácica o de pecho tensionado implica muy poco movimiento en el abdomen y es predominantemente el pecho que se mueve cuando inhalamos y exhalamos. Esto se traduce en una respiración superficial, más rápida.

Respiración correcta
La respiración es controlada principalmente por el sistema nervioso autónomo, pero podemos influir voluntariamente en ella y ayudar a cortar la respuesta instintiva al estrés cambiando nuestro estilo de respiración: de torácica rápida y superficial a diafragmática lenta y profunda.
Hacer esto transmite al cerebro la información de que la amenaza ha terminado y la parte parasimpática del sistema nervioso autónomo comienza a revertir los cambios bioquímicos y fisiológicos producidos por la respuesta al estrés.
La respiración diafragmática es una habilidad y cuando se realiza correctamente, es eficaz para reducir los niveles de estrés. Es físicamente imposible para los seres humanos estar relajados y estresados al mismo tiempo.
Aprender y consolidar la respiración diafragmática como en cualquier otra habilidad y se necesita práctica.
Podemos pasar muchos días sin comer y muchas horas son beber agua pero pocos minutos sin respirar.
Ese instante de inhalación y exhalación mantiene cerrada la puerta de la muerte física.
Concentrarse en la respiración, hacerla consciente significa reconocer que “somos alguien que observa a su cuerpo respirar”.
¡DÉMOSLE UNA OPORTUNIDAD!


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